viernes, 15 de junio de 2007

concepción cultural: problemas y desafios

texto Mauricio Castro
foto Manuel Morales
Un amigo me pidió un mapa de Concepción Cultural, una especie de glosario para mostrar a gringos millonarios recalarios en costas choreras que tal era la movida penquista.
A poco escribir, noté que serviría para comentar algunas reflexiones que me han acompañado en los últimos meses en mi trabajo como Productor de Arte y que tienen que ver con la forma en que desarrollamos nuestro quehacer. Era una posibilidad de abrir el debate acerca de quienes somos, dónde estamos y hacia dónde vamos. Ardua tarea, pero sin duda responsabilidad de todos quienes nos dedicamos profesionalmente a las artes en esta ciudad.

Esta necesidad de conversarnos cobra mayor importancia por encontrarnos en un momento de efervescencia artística, con más personas dedicadas a la generación de productos culturales, con actividades simultáneas y con una oferta de espectáculos (teatro, música y en especial baile) aumentando considerablemente. Es una especie de punto de quiebre, que nos abre la posibilidad de unir esfuerzos para darle continuidad, transformándolo en una constante que permita crear espacios y generar circuitos.
Pero quizás lo más importante, es una oportunidad para crear Comunidad, relacionándonos de manera horizontal, formando un tejido social, sólido y común, base sobre la cual levantar proyectos individuales, los cuales deberían mirar y cuidar este nuevo estado. Proyectos que deben dejar de ser a corto plazo y encerrados en si mismos, proyectándonos a través del tiempo en un proceso dinámico y con historia, fundamental para que esta comunidad posea identidad generacional.
Hay que tener la capacidad de mirarse con perspectiva, quienes somos, dónde estamos, porqué nos dedicamos a esto y cual es el mensaje que deseamos entregar. No para homogeneizar discursos, al contrario, para generar diversidad, encontrándonos poco a poco en nuestras diferencias.
Sólo como Comunidad podremos enfrentar y solucionar la principal problemática que enfrenta actualmente el desarrollo artístico penquista: El Público.


La esencia precede a la existencia
En mis primeros años como productor pensé que el éxito de mi gestión consistía en generar buenos productos artísticos, lo cual bastaría para atraer al público. Hoy estoy convencido que aquello no basta, ya que el problema es su inexistencia. Concepción no tiene público para el arte local, no hay personas que quieran consumir lo que nosotros producimos. Las razones de esto son múltiples, por lo pronto nuestro desafío es trabajar por hacer crecer este número de personas.
Debemos hacer público, formándolo y educándolo en la emotividad.
Esto debe ser asumido como una responsabilidad y necesidad, nuestros trabajos deben ser diseñados desde un comienzo para ser consumidos por personas.
Hay que preocuparse de todos los aspectos que ayuden al objetivo de educar/entretener, entregando a las personas espacios de distracción, belleza, formación y conversación que lo saquen un momento de su rutina y le entreguen nuevos temas y visiones de mundo.
Esto nos obliga a tomar conciencia de nuestro rol, definiendo con claridad cual es el mensaje que quiero entregar y por qué quiero entregarlo, preocupándose durante todo el proceso que llegue con claridad al espectador.
Las salas, teatros o espacios públicos, serán los espacios donde sucederá el encuentro, por lo tanto también deben ser pensados bajo la misma lógica, preocupándonos de todos los detalles que ayuden al intercambio de emociones (técnicamente óptimos, con buenos accesos, cómodos, limpios, seguros, etc). Nuestra tarea entonces no terminará al comenzar la función, sino al despedir el público en la puerta, estando seguros que entendió el mensaje, que se van contentos y bien atendidos, ya que así se transformará en una experiencia que comentarán positivamente y desearán repetir.

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